El pueblo
Villores está situado en la ladera de una montaña, cerca del río de Bergantes, es un pueblo con poco más de 40 habitantes que limita con los municipios de Forcall y Ortells. Enmarcado dentro del paisaje de relieve abrupto que caracteriza la comarca de Els Ports, el municipio se encuentra a una altura de 748 metros y tiene un clima continental, con inviernos fríos y veranos calurosos. Para llegar a él, se debe cruzar el río Bergantes por un largo puente de 119 metros, contruido en el año 1925.
Está situado al norte y tierra adentro de la provincia de Castellón. En tiempo de los íberos esta amplia zona fue ocupada por la antigua tribu de los ilercavones, que controlaba el tramo final del río Ebro, abarcando parte de las actuales provincias de Tarragona, Lleida, Teruel y Castellón. En el año 1233 el territorio fue conquistado por el noble aragonés Blasco de Alagón, que actuaba al servicio de Jaume I. Los hechos que ocurrieron posteriormente han llegado un poco confusos, ya que los historiadores mantienen versiones bien distintas: mientras unos afirman que Villores se convirtió en un señorío laico, otros dicen que el municipio era de titularidad eclesiástica. En el siglo XIX, Villores, como la mayoría de poblaciones de la comarca, participó actívamente en las guerras carlistas y sufrió las graves consecuencias que todo enfrentamiento bélico conlleva. Durante la primera mitad del siglo XX el municipio vivió la crudeza de la Guerra Civil y la difícil etapa de los maquis, aunque no tuvo que lamentar ninguna muerte política. En la década de los sesenta se produjo un fuerte movimiento migratorio hacia las ciudades, a raíz de la fuerte crisis que se vivía en la zona. Hoy, superados ya los años difíciles, Villores es un pueblo tranquilo y acogedor, que atrae a viajeros apasionados por la belleza de las cosas sencillas, naturales y auténticas; un lugar encantador que invita a disfrutar del tiempo saboreando cada instante.