Historia
Según algunos autores el topónimo Villores tendría un origen pre-árabe. Parece evidente su relación con villa-ae, del latín, que podríamos traducir como mas o masía, muy presente en estas tierras, o alquería, siguiendo la denominación musulmana que predomina en la zona Sur de la Provincia de Castellón.
Independientemente de sus orígenes, que poca cosa más podemos saber, entra en la historia con la conquista cristiana: a finales de 1231, según las últimas opiniones, en Octubre o Noviembre, Blasco de Alagón llegaría a estas tierras en su pretensión de tomar Morella a los sarracenos.
Es interesante citar a Oliet Palos, que sigue una historia inédita de Carlos Gasulla de Ursino, en su obra magna Historia de la muy Noble, Fiel, Fuerte y Prudente villa de Morella, en la página 118:
Con tal otorgamiento contento partió Don Blasco de Alagón desde Alcañiz en dirección a Morella, con cien caballeros de los suyos y mucha gente de a pie: dieron primero sobre un lugar donde solían los moros apacentar sus ganados llamado por ello el Cabañil, y hoy día se llama Villores, y por no ser de consideración se contentaron con tomar un refresco y pasaron adelante; llegaron al poyo blanco, ahora Forcall, y desde aquí se enderezaron hacia Morella.
También es interesante poner el testimonio de Segura Barreda en su gran obra Morella y sus Aldeas, páginas 441-442:
El plan era arriesgado, la empresa grande, difícil el poderlo conseguir. Sin embargo todos unánimes asistieron al proyecto, y en el dia señalado cien caballeros y un número considerable de peones se pusieron a las órdenes del paladín de Alagón. Salió la expedición, y entrando por las riberas del Bergantes llegó a Villores al rayar el alba. Era éste el lugar en donde los moros apacentaban el ganado, y D. Blasco se contentó, por entonces, en tomar las reses necesarias para almorzar su hueste. Pasaron después al Forcall y sin detenerse llegaron a una casa de campo, propiedad de un cristiano, llamado Pedro el morellano. Siguiendo su marcha se presentaron a la vista de Morella, cuando algunos centinelas que habían quedado en el castillo dieron la voz de alerta.
Una vez asegurado todo el territorio después de la conquista, Blasco de Alagón otorgaría Carta Puebla a Villores en algún momento entre 1232 y 1240. Esta Carta Puebla se perdió en las diversas convulsiones sociales del s.XIX, sufriendo destrucciones tanto el archivo del Ayuntamiento como el del Monasterio de Sigena. Es preciso decir que, por referencias indirectas, se sabe que Don Blasco donó el Señorío de Villores al Monasterio de monjas de la Orden de San Juan de Jerusalén de Sigena, Huesca, bajo los fueros de Teruel y Extremadura, a Doña Sancha, abadesa en aquel momento.
Es importante señalar que, más o menos el que es hoy en día la Comarca dels Ports, fue incluída por Ramón Berenguer en al Carta Puebla concedida a Alcañiz, en 1157. Lo que provocó que, hasta la muerte de Blasco de Alagón, Morella, y con ella Villores, pertenecerían al Reino de Aragón, incorporándose al de Valencia, por voluntad de Jaume I, a partir de 1284.
En 1476, el Monasterio fundó un Convento asociado en Jérica, que significaría, por proximidad y comodidad, que Villores pasara a depender de él.
La situación jurídica de Villores frente a Morella no está clara, aunque todos están de acuerdo que formaba parte de las aldeas de Morella, y por tanto participó en el proceso de emancipación en 1691. Finalmente en 1723 sería, el señorío, vendido a la familia Barroso, instaurando el marquesado de Villores.
Su historia más reciente seguiría los pasos de los pueblos vecinos, sufriendo la Guerra de la Independencia, y las tres Guerras Carlistas; en todas ellas aportando voluntarios y desgracias. Ya en el s. XX, a la última Guerra Civil, no hubo represalias ni asesinatos, gracias a un ejercicio de responsabilidad de los vecinos.
Hoy en día los marqueses, la familia Cruz Selva, ya no poseen ninguna propiedad, que fueron vendidas a lo largo del s. XIX.